La Agricultura
El que exista agricultura en Lanzarote se debe al ingenio y a la fuerza de voluntad de los mismos isleños. Con la escasa lluvia parece realmente milagroso que exista cualquier tipo de agricultura en la isla.Pero a pesar de todo existe viticultura y agricultura gracias al cotidiano milagro de las cosechas que brotan del picón, negra arenisca volcánica que abunda en la isla de Lanzarote.
Según el Servicio de Meteorologa para las Islas Canarias, Lanarote recibe menos lluvias que otras partes del Sahara, hasta el punto de que la precipitación es de 14 centimetros cúbicos anuales. Los campesinos de Lanzarote están todavÃa en el proceso de cambio de sus técnicas agrÃcolas.
Hace solo 30 años la mayorÃa de los campesinos utilizaban camellos para tirar de sus arados ahora solo el cinco por ciento los utilizan. Desde luego, sale mucho más barato comprar un tractor que comprar un camello, la mayorÃa de los cuales vienen de Mauritania, en la costa oeste de Africa. La desventaja del tractor, sin embargo, es que tiende a aplastar el picón y ésto harÃa la vida de los cultivos aún mas difÃcil. Los camellos están reservados principalmente para los turistas, aunque algunos campesinos se niegen a renunciar a sus métodos tradicionales.
Las cebollas son la cosecha principal y la mayorÃa se exporta a la Peninsula, aunque también acaban en mesas de Inglaterra, Holanda y Alemania. Cualquiera que haya probado las cebollas de Lanzarote dará fe de su delicioso sabor dulce, menos fuerte que las que se producen en otros lugares. Lanzarote exporta cebollas en una cantidad tres veces mayor que la que consume.
También se exportan patatas rojas y blancas conocidas localmente con el nombre de batatas o boniatos y un surtido completo de verduras, entre ellas, la espinaca. Uno de los mitos popularmente mantenido es que en Lanzarote se cultivan plátanos pero no es asà las plantaciones de plátanos están en Tenerife y La Palma donde hay menos viento y más lluvia.
Sin embargo, existe un proyecto en el norte de la isla que intenta desarrollar la producción de piñas. El Campari, toma su caracterÃstico color rojo de la cochinilla, tinte extraÃdo de una especie de insecto parasito que se crÃa en Lanzarote. Miles de hembras insectos se crÃan en las hojas de cactus de los pueblos de Mala y Guatiza.Los cactus se cultivan expresamente para la crianza de éstos insectos que apenas se mueven y que se alimentan de los jugos que segregan las hojas de las plantas.
Los campesinos hacen que la cochinilla se esparza por todos los cactus y después de dos o tres meses, los insectos alcanzan su tamaño óptimo y están listos para la recolección. Esta se realiza raspando y quitando cuidadosamente los escarabajos de las hojas de cactus con largos instrumentos parecidos a unas cucharas.
Quienes hacen el trabajo usan guantes para proteger sus manos de los pinchos. Los insectos parecen motas blancas en las hojas de los cactus y los campos se cubren de un extraño velo blanquecino.Una vez recogida la cochinilla, se echa a unas cajas especiales que la mata y al mismo tiempo la separa de tallos superfluos y otras impurezas.Los recolectores secan luego al sol los escarabajos de cochinilla antes de ser empaquetados y exportados.
Al no ser tóxica la cochinilla, el tinte que de ella se extrae, también llamado carmÃn, se usa en la industria como colorante de una gran variedad de productos como, por ejemplo, barras de labios, dulces, pasta de dientes y desde luego Campari. La empresa que produce el Campari es uno de los usuarios más grandes de cochinilla en el mundo.